miércoles, 23 de julio de 2014

Demasiado tarde (2003)

Veo las sobras del banquete sobre la mesa y, en un instante,
comprendo que les debo mil disculpas.
¡Oh, por favor! ¡Recíbanme sin reverencias!
Aunque nada les costaría una pequeña dosis de amabilidad.
Reconozco que anduve vagabundeando por mucho tiempo.

Los perros se conforman comiendo las sobras debajo de la mesa
y las moscas zumban histéricas sobre los hocicos grasientos.
¡Ay, Dios querido! ¡La siesta del verano es casi insoportable!
Los invitados eructan, recostados sobre las sillas.
Acarician su vientre con palma velluda.
Yo les gritaría: ¡Ustedes me dan asco!
Pero el hambre es muy intenso y afuera el alquitrán se está derritiendo.

¡Oh, por favor! ¡Recíbanme sin reverencias!
Aunque nada les costaría una pequeña dosis de amabilidad.
Reconozco que anduve vagabundeando por mucho tiempo.
Y para peor, no sé si fue realmente divertido, o el pasado siempre parece lindo.

Percibo vibraciones negativas en este ambiente.
No han sido muy prudentes al dejarme entrar.
Podría yo ser un kamikaze sin avión,
Un espía de la KGB,
O un estúpido agente de la DEA.

Espero que no los despiste mi cara de pelotudo.
Hay situaciones en que este tipo de detalles
No tienen la menor importancia.
¡Despertad señores!
¡Vine a devorarles la puta cocina!
Y cuando no quede una miserable miga,
Seguiré con ustedes, ventrudos inmundos.

¡Oh, por favor! ¡Recíbanme sin reverencias!
Aunque nada les costaría una sencilla dosis de amabilidad.
Reconozco que anduve vagabundeando demasiado tiempo.

1 comentario:

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

Interesante blog.

Llegué buscando blogs de Oliva, mi pueblo natal. Ahora estoy lejos. Me fui siendo muy niñita.